martes, 20 de marzo de 2012

Mitad.

Tener qué, deber qué, saber qué estaba sola,
 frente a frente, cara a cara, las manos atadas,
 era lo único que se reencontraba con su otra mitad.
 Mitad del puzzle interminable, de aquel faro inalcanzable,
 mitad de vida y de muerte, solo mitad, mitad inerte...
 Inestable e interminable, tal y así, como mi propio ser,
 sonriente, dibujando garabatos para no ver el papel en blanco,
 cabizbaja, intentando retroceder a gris aquello que pinté negro,
 pero es tan dificil regresar, alzar las manos que aún te atan, 
es tan extraño que te miren desde lejos,
 que notes la presencia, que sepas que hay excesos, 
que te mueras por revivir, por escuchar y no oír,
 es tan extraño el verte flotar en tu inestabilidad...

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